6. Luminosidad lunar en el engorde y reproducción de lombrices.

Por otro lado, la luminosidad lunar también ejerce una gran influencia en la cría y reproducción de las lombrices, siendo la menguante y la luna nueva las mejores fases para el engorde y el crecimiento de ellas, pues la oscuridad nocturna es la mejor aliada para estimular el apetito y la búsqueda de la alimentación orgánica que se encuentra depositada en la superficie de la tierra en los criaderos.

Las lombrices, en su gran mayoría, son sensibles y esquivas a cualquier tipo de luminosidad. A la luminosidad del cuarto creciente y de la luna llena le queda reservada la sensible actividad de penetrar con sus rayos lunares en la profundidad de la tierra en los criaderos, para estimular y masajear el acasalamiento y la reproducción de las lombrices (Figura 6).


Engorde y reproducción de lombrices
 Figura 6. Engorde y reproducción de lombrices.

Finalmente, la luminosidad lunar también está directamente relacionada con la eficacia que pueden tener los tratamientos con purgantes para combatir los parásitos, tanto en animales como en humanos.

En los animales, la mejor fase lunar asociada con el tratamiento de los parásitos es el plenilunio, y esta fase es la más indicada para que los seres humanos recurran a los exámenes coprológicos, con la finalidad de obtener los mejores resultados y análisis del endoparasitismo que los puede estar afectando (Figura 7).

La luminosidad lunar: la pesca y la purga
Figura 7. La luminosidad lunar: la pesca y la purga.

Influencia  de las fases lunares en el movimiento de la savia en las plantas.

Durante mi convivencia por más de seis años, a finales de la década de los setenta, en las antiguas colonias de agricultores de origen europeo (franceses, alemanes e italianos) en el cono sur del Brasil, tuve oportunidad de escuchar, observar, respetar, aprender y experimentar la practica que los agricultores tienen en lo relacionado con la influencia de la luna sobre el crecimiento y el desarrollo de las plantas.

En la práctica con ellos aprendí a destacar épocas específicas del año y fases lunares para podar pomares, cortar maderas, sembrar, cosechar y guardar la producción.

Por ejemplo, en esta región aprendí que el éxito de las actividades de la poda de los duraznos, los perales, las manzanas, el arreglo de las parras y el corte de los árboles maderables estaba limitado casi exclusivamente a los cuatro meses del año que se escriben con la letra “R”, como son mayo, junio, julio y agosto.

A la vez, estas actividades había limitarlas a las diferentes fases lunares, pues de lo contrario las podas y los cortes de madera fuera de estas épocas arrojarían resultados nada gratificantes para los campesinos, como frutales débiles, con poca producción de frutos y pequeños, las maderas más livianas, predispuestas a rajarse y convertirse en un atractivo plato para los comejenes (Figura 8).

Detalles de la dinámica de la savia: períodos extensivos e intensivos
Figura 8. Detalles de la dinámica de la savia: períodos extensivos e intensivos.

Una explicación: Por  ejemplo, cuando contábamos las maderas para las construcciones en la fase de cuarto creciente hacia luna llena, las maderas duraban muy poco, porque sus fibras estaban cargadas con el máximo de agua, que al secarse quedaban abiertas, blandas y llenas de aire. Las maderas se rajaban y resistían poco a la intemperie.

Mientras si cortábamos las maderas en luna gibosa, tres días después de la luna llena hacia cuarto menguante, éstas nos duraban  más y eran más resistentes al deterioro, porque las maderas tenían menos agua y al secarse sus fibras quedaban cerradas, resistentes al tiempo y a los insectos.

Por otro lado,  asociado con esta practica de las fases lunares, está el fenómeno de la menor circulación de savia en los árboles,  debido a las bajas temperaturas de final de otoño y los meses de invierno en el polo sur, época en que prácticamente todos los árboles han perdido sus hojas y su actividad fotosintética se encuentra reducida al mínimo.

Finalmente, asociado a este aprendizaje se suman otros 16 años de investigación personal con los demás campesinos de todo el continente de América Latina y del Caribe, fruto del constante intercambio de experiencias con los mismos. En realidad, podemos decir que esta publicación o estos apuntes son el fruto de la sabiduría del hombre del campo.

Fuente: http://floresjardin3.blogspot.com/