40. Influencia de las fases lunares en la dinámica de la savia de las plantas

A continuación, y a título de ejemplo, mencionamos algunas especies de abonos verdes que pueden ser manejadas como excelentes productores de biomasa y semillas: mucuras o terciopelos, crotalarias, vicias, dólicos, caupí, chinapopo, habas, nabos, lupinos, chícharos, tréboles, kudzú, sesbania, siratros, vignas, tephrosias, gandul, centrosemas, etc.

Para el manejo de los diferentes cortes o cosechas de biomasa verde en cultivos perennes o semi-perennes de abonos verdes, la mejor fase lunar para obtener volumen y una gran concentración de aguas en los mismos es la influencia de la luna creciente hacia luna llena o el período intensivo de aguas arriba, el cual está comprendido después de los tres primeros días de la luna creciente, hasta los tres últimos días de la influencia de la luna llena (Figura 40).


Abonos verdes: cosecha
Figura 40. Abonos verdes: cosecha.

Si queremos cosechar una biomasa más rica en materia vegetal seca (fibra), debemos realizar estas actividades bajo la influencia de la luna menguante hacia la luna nueva, siendo el período intensivo de aguas abajo el más adecuado para su cosecha. Este período está comprendido por un espacio de siete días, los cuales se comienzan a contar después que han transcurrido los primeros tres días de la luna menguante hasta los primeros tres días de luna nueva (Figura 41).

Abonos verdes: biomasa seca
Figura 41. Abonos verdes: biomasa seca.

A continuación, y a titulo de ejemplo, mencionamos algunas especies que pueden ser manejadas como abonos verdes perennes y semi-perennes: tefrosia, gandul o guandul, madero negro o matarratón, leucena, alfalfa, pasto vetiver, indigófera, calopogonio, kudzú, siratro, centrosema, soya perenne, etc.

Influencia de las fases lunares en la recolección y uso de plantas medicinales, aromáticas y condimentos.
La riqueza del principio activo de las plantas medicinales, aromáticas y condimentos para el consumo humano o uso en animales, está directamente asociada con los tres factores siguientes:

* Lugar y tipo de suelo donde crecen y se reproducen.

* Las fases lunares más adecuadas para su recolección.

* La parte o las partes (hojas, flores, frutos, tallos, semillas o raíces) de la planta que se usan como medicina, aromática o condimento y su relación con el tipo de enfermedad u órgano que se quiera tratar.

Sin embargo, es la fase del plenilunio la actúa más directamente sobre las plantas con el efecto purificador de sus rayos lunares, enriqueciendo la savia que circula principalmente entre los tallos, las hojas, las flores y los frutos. Cuando existe la recomendación de hacer la recolección de alguna  de estas partes de las plantas, sobre todo para la preparación de macerados, la fase más indicada para hacerlo es durante las noches de luna creciente hacia luna llena, especialmente en el período de los siete días intensivos de aguas arriba, el cual está comprendido entre después de los primeros tres días de creciente y tres días después del plenilunio.

Por otro lado, cuando la recomendación es para la utilización de la parte subterránea de la planta como raíces, tubérculos o rizomas, los últimos cuatro días del cuarto menguante y los tres primeros días de luna nueva son los más apropiados para su recolección y preparación (lo equivalente a los siete días del período intensivo de aguas abajo).

Para el caso en que solamente se recomiende la utilización de flores, ya sea para utilizarlas como medicinales, condimentos o en forma de aromáticas, hay que esperar que ellas estén plenamente abiertas para poder cosecharlas y sacar el máximo provecho de su principio activo. Se recomienda evitar la cosecha de flores en épocas muy frías o en días muy opacos. La cosecha de partes de plantas destinadas al secado también debe obedecer los criterios arriba descritos (Figura 42).


Plantas medicinales, aromáticas y condimentos
Figura 42. Plantas medicinales, aromáticas y condimentos.

Fuera de considerar todas las recomendaciones anteriores para la recolección de plantas medicinales de acuerdo con las fases lunares, existen otros criterios complementarios que pueden ser aplicados para desarrollar estas actividades:
El mejoramiento del día y la luna para cosechar.

Raíces y tubérculos: Principalmente durante las horas al final del día, de preferencia en la noche, evitando al máximo su exposición a la luz, entre la luna menguante y el novilunio.

Hojas: De preferencia antes del medio día, cuando el rocío se halla evaporado. Se deben cosechar las hojas más nuevas o tiernas, entre la creciente y el plenilunio (Figura 43).

Plantas medicinales: cosecha de raíces, tubérculos y hojas
Figura 43. Plantas medicinales: cosecha de raíces, tubérculos y hojas.

Flores: Mientras brille el sol, se debe aprovechar el máximo de apertura de ellas. Evitar la cosecha de flores marchitadas. La mejor luna es entre luna creciente y el plenilunio.

Semillas y frutos: Se pueden cosechar durante todo el día, ya que no son tan sensibles como las otras partes de la planta; de cualquier forma es importante evitar el momento de mayor calor del día.

Con la finalidad de conservar los frutos y semillas cosechados como medicinales, se recomienda la luna menguante hacia la luna nueva, y para el consumo inmediato después de la cosecha se recomienda hacerlo entre la luna creciente y luna llena (Figura 44).


Plantas medicinales: cosechas de flores, semillas y frutos
Figura 44. Plantas medicinales: cosechas de flores, semillas y frutos.

Tallos de plantas y corteza de árboles medicinales: La mejor fase lunar para cosechar los tallos de las plantas o las cortezas de los árboles con fines medicinales es el período comprendido entre el novilunio y el primer cuarto creciente, cuando la savia de las plantas y su principio activo medicinal comienza a ascender rumbo a la copa del cultivo (Figura 45).

Plantas medicinales: Cosechas de tallos de plantas y corteza de árboles
Figura 45. Plantas medicinales: Cosechas de tallos de plantas y corteza de árboles.

Finalmente, dentro de las plantas consideradas como medicinales, aromáticas y condimentos, podemos citar entre otros, los siguientes nombres más comunes o vulgares: Albahaca, ajenjo, anís, boldo, caléndula, cidrón, cilantro, cimarrón, cola de caballo, comino, conferí, diente de león, eneldo, genciana, gordolobo, guaco, hinojo, jengibre, lengua de vaca, limoncillo, llantén, malva, manzanilla, masiquia, mastranto, mejorana, menta, orégano, ortiga, paico, perejil, poleo, pringamoza, retama, sábila, salvia, saúco, tomillo, toronjil, valeriana, verbena, verdolaga, venturosa, hierbabuena, yerbamora.

Algunos criterios de los campesinos con respecto a la influencia  de la luna en el cultivo de tubérculos, bulbos y rizomas.
Mi experiencia con un buen número de campesinos en varios países de Latinoamérica, aparte de haber acrecentado mis conocimientos,  me ha permitido concluir que todos ellos, a pesar de tener discrepancias en la forma, coinciden en el fondo, y admiten que la luna desempeña un papel muy importante en sus actividades,  principalmente en las del cultivo de tubérculos y raíces.

Por ejemplo, si la producción de las tubérculos y raíces que cultivan está destinadas para el consumo inmediato, la principal fase lunar que les interesa, al cosechar, es el novilunio, porque se recogen tubérculos y raíces más jugosos y de mejor cocción.

Pero si, por el contrario, esos tubérculos y raíces se cosechan para almacenar y para producir semillas, la fase lunar que les interesa va desde cuarto creciente a la luna llena, porque su cosecha contienen menos agua y hay mucho menos riesgo de que se pudra; por otro lado,  algunos prefieren cosechar para la producción de semillas en plena luna menguante y luna nueva, porque en esta etapa se concentran mayor cantidad de nutrientes; otros tienen una opinión que se puede decir intermedia, porque tienen en cuenta también el tiempo que ha de permanecer almacenada su cosecha a la espera de ser llevada de nuevo al acampo para plantarse; por ejemplo, si el tiempo de almacenamiento no es muy largo, entonces cosechan entre la menguante y luna nueva, porque los tubérculos y las raíces contienen más agua; pero si tienen que esperar mucho tiempo, la mejor fase lunar es la que va tres días después de la creciente, hacia la luna llena (tubérculos con menos agua, equivalentes al período de siete días intensivos de aguas arriba).

No olvidemos que mientras menos agua contengan los tubérculos y las raíces, en el momento de la cosecha, se conservarán durante más tiempo como semilla.

Por último, la opinión de la gran mayoría de agricultores especializados en tubérculos y raíces es que “las mejores papas y yucas para el consumo inmediato, que tienen mejor sabor, son más jugosas, más nutritivas y demoran menos tiempo en cocinarse, son las que se cosechan entre los cuatro últimos días de la menguante y los primeros tres días de la luna nueva” (Figura 46).


Cultivo de tubérculos, bulbos y rizomas
Figura 46. Cultivo de tubérculos, bulbos y rizomas.

Para seleccionar o cosechar estacas semillas de yuca (esquejes) la mejor luna es la menguante y para llevarla al cultivo la mejor luna es el novilunio hacia la luna creciente, donde será estimulada la formación de las raíces de la planta.

Lamedor luna para cosechar la yuca y comercializarla como fresca,  es el período intensivo de siete días de aguas abajo, o sea, después de los primeros tres días de la luna menguante, hasta los tres primeros días de la luna nueva (Figura 47).

Selección y cultivo de estacas de semillas de yuca
Figura 47. Selección y cultivo de estacas de semillas de yuca.

Finalmente, la práctica de cortarle la bellota o despuntar el racimo de la mata de plátano o de banano, es otra tarea que algunos campesinos realizan considerando las fases lunares en su platanar o cultivo del banano.

Por ejemplo, cuando esa actividad es ejecutada en menguante, los plátanos en el racimo tienen la posibilidad de ser más gruesos y la mata sufrir menos, que cuando la misma poda es realizada entre luna creciente y luna llena. Por otro lado,  el mejor período para seleccionar las semillas de plátano y banano para un nuevo cultivo está reservado para los cuatro últimos días de la menguante y los tres primeros días de luna nueva, quedando los cuatro días siguientes de la luna nueva hacia creciente reservados para implantar inmediatamente el nuevo cultivo o llevar las semillas a los hoyos o cobas, para que sufran menos (Figura 48).


Figura 48. Cultivo de plátano o banano.